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Alopecia

Normalmente solemos perder de unos 45 a 60 pelos por día y estamos renovándolos permanentemente. Se considera excesiva, por tanto, una caída de cabello superior a 60 por día.

Las causas de esta merma son múltiples. Digamos de entrada que la pérdida de cabello puede ser no cicatricial o cicatricial. Entre las alopecias no cicatriciales,  se cuentan:

  • La androgenética o calvicie común, que está genéticamente determinada y que precisa de la presencia de andrógenos. La distribución de la alopecia es característica y siempre afecta a la misma implantación del cuero cabelludo en la región frontotemporal. Se caracteriza por la miniaturización del folículo piloso, lo que conlleva que el pelo sea cada vez más fino. Tiene un tratamiento muy eficaz con Finastéride.
  • El Efluvio telogénico, otro tipo de alopecia no cicatricial, consiste en la pérdida brusca de gran número de cabellos en pocos meses tras un factor desencadenante, que puede ser de muy variada índole, desde una cirugía o una fiebre hasta un parto, una toma de medicamentos, una situación de estrés y muchos otros. La repoblación es completa en unos seis meses al desaparecer o eliminar el factor desencadenante.
  • La Alopecia areata es de etiología desconocida y se caracteriza por la brusca aparición de una o varias placas alopécicas, redondeadas, con pelos peládicos, en maza, en los bordes de progresión de la placa. En un tercio de los casos se asocia con distrofia ungueal. Afecta al cuero cabelludo, y también a cejas, pestañas, barba y vello púbico. Se trata con corticoides tópicos de alta potencia, infiltraciones, minoxidil, difenciprona tópica, ciclosporina y fototerapia.

Entre las alopecias cicatriciales, se cuentan:

  • El liquen plano folicular, que se da en mujeres de edad media.
  • La alopecia frontal fibrosante, en mujeres postmenopáusicas, afectando principalmente a la banda de la zona frontal.
  • Las producidas por Lupus discoide crónico,  radiodermitis o quemaduras, entre otros varios factores.